La sexualidad es una parte importante de la vida como fuente de satisfacción, salud, autoestima y bienestar físico, psicológico y de pareja. Cuando ocurre un problema en alguna de las fases de la respuesta sexual (deseo, excitación, meseta, orgasmo, resolución) aparecen las llamadas disfunciones sexuales (bajo deseo, anorgasmia, disfunción eréctil, vaginismo, dispareunia, eyaculación precoz/retardada…) que causan gran malestar emocional.
Siempre y cuando estas disfunciones no provengan de una causa física, sino de factores psicológicos y/o psicosociales, la intervención psicológica puede ayudar a resolver el problema de una forma duradera y satisfactoria.